¿Te has sentido alguna vez en un cruce de caminos sin saber
bien que dirección debes tomar? ¿Te bloquean las decisiones importantes? ¿Dudas
qué hacer? ¿Sabes que tienes qué elegir, pero te da miedo tomar la decisión
equivocada? No te preocupes, es perfectamente normal: El hecho de tomar una decisión puede llegar a
ser muy complicado, especialmente si se trata de una decisión importante y con
consecuencias para nuestra vida personal. Por eso siempre es conveniente
meditar bien las decisiones. En el curso de este artículo veremos una serie de
técnicas para la toma de decisiones que te pueden ayudar, que son algunas de
las que enseñan en los cursos para la toma de decisiones.
1) Lista de ventajas e inconvenientes
Básicamente consiste en sentarnos con un papel y un lápiz,
trazar una línea vertical en mitad del folio, y escribir en el lado izquierdo
del mismo todas aquellas ventajas que tiene la decisión, y a la derecha todos
los inconvenientes o perjuicios que nos puede causar la misma. Observa la
lista. ¿En que lado aparecen más ideas? ¿cuales pesan más? Imagina el papel en
el centro de la balanza. ¿Hacia qué lado se decanta?
Hay muchas variaciones de esta técnica: puedes dar pesos o
puntuaciones a cada una de las ideas, para ponderar como de importantes es cada
una, puedes hacer una cuadrícula en el caso de decisiones con varias opciones,
ponderando las ventajas e inconvenientes de cada una... la idea final es
visualizar qué te puede reportar cada decisión y que puede perjudicarte, de
manera que de una forma gráfica y visual te hagas una idea mental de cuál es la
mejor decisión.
2) Esperanza positiva
Consiste en visualizar EL ÉXITO de cada una de las opciones,
percibirlo mentalmente hacerlo nuestro. Se trata de sentirnos como si ya
hubieramos tomado esa decisión, y hubiéramos acertado. ¿Cómo nos sentimos con
cada opción? ¿Somos felices? ¿Nuestra vida ha mejorado? ¿Hemos llegado donde
queríamos? ¿Ha merecido la pena los esfuerzos? Esto nos ayudará a predecir cómo
nos vamos a sentir con cada opción, cual nos va a merecer más la pena, por cual
nos es más reconfortante apostar.
3) Esperanza negativa
Esta técnica es justo la contraria y complementaria a la
anterior. En este caso tenemos que tratar de visualizar EL FRACASO de cada una
de las opciones. Debemos intentar experimentar como sentiríamos si ya hubiéramos
elegido cada una de las opciones, y nos hubiéramos equivocado. ¿Cómo sería nuestra
vida? ¿Como de infelices somos? ¿Cuánto nos ha perjudicado nuestra decisión?
4) Esperanza inversa
A veces, por muchas vueltas que le demos a las consecuencias
de una decisión, no somos capaces de ver cual nos convence más o cual
preferimos. Llegados a este punto de bloqueo, puede ser interesante cambiar
radicalmente el enfoque de la diatriba: en vez de plantearnos acerca de las
consecuencias de ELEGIR una opción... ¿por qué no analizar las consecuencias de
NO ELEGIR esa opción? ¿Qué pasa si no optamos por ella? ¿Qué consecuencias
tiene? ¿Qué ventajas e inconvenientes? ¿Qué éxitos o fracasos nos
proporcionarían? Podemos aplicar todas las otras técnicas que ya hemos visto
desde un nuevo punto de vista: en vez de analizar qué ocurriría si tomamos una
decisión, podemos analizar que ocurriría si NO la tomamos.
5) Experiencias previas
¿Es la primera vez que tomamos una decisión en el curso de
nuestra vida? Seguramente no. Todos tomamos a diario muchas decisiones, muchas
de ellas sin darnos cuenta. ¿Por qué no sentarnos un rato a analizar qué otras
decisiones parecidas hemos tomado en el pasado? Es probable que alguna vez
anteriormente nos hayamos visto en una situación similar, o en una situación
diferente con condicionantes similares. ¿Qué decisión tomamos en su día? ¿Por
qué? ¿Qué resultados tuvimos? También pueden servirnos, salvando las
distancias, las experiencias ajenas. ¿Conocemos a alguien que haya atravesado
una situación parecida? ¿Cómo la afrontó? ¿Cómo la resolvió? ¿Qué resultados
obtuvo?
6) Modelos a seguir
Una de las técnicas para la toma de decisiones más útiles
para afrontar una decisión es tratar de imaginar como la afrontaría alguien a
quien admiramos. ¿Tienes algún ídolo, alguien a quien admires? Muchas personas
admiran a personajes que han destacado por sus logros y sus hechos en el curso
de la historia. ¿Como afrontaría Julio César esta situación? ¿Y Simón Bolívar?
¿Y Thomas Jefferson o Winston Churchill? Quizás admires a un personaje de
ficción , es igualmente válido suponer como actuaría él ¿Que solución tomaría
en este caso Indiana Jones, el Maestro Yoda, Tintín, o Harry Potter? ¿Como
reaccionaría Tony Soprano, el Dr. House o Annibal Smith? También puedes fijarte
en las decisiones que harían personas reales , de carne y hueso, cercanas a tí:
¿que haría tu padre en tu lugar? ¿qué te aconsejaría aquel profesor de la
escuela superior que tanto aconsejaba? ¿Ese amigo emprendedor al que tanto
admiras? Fíjate en las personas de tu entorno, emprendedores, triunfadores...
¿qué harían ellos ante esta situación?
7) Pedir consejo
Nada hay más enriquecedor que escuchar opiniones diversas,
puntos de vista opuestos, perspectivas diferentes. Cuantas más opiniones
escuchemos, más completa será nuestra formación respecto a un tema, y por ende
más fácil nos resultará dar curso a la toma de una decisión.Debemos despojarnos
de nuestros prejuicios y no tener miedo en consultar, preguntar , excuchar,
leer.
8) El poder de la Intuición
En toda decisión siempre hay un factor subjetivo sicológico,
que se escapa a toda razón lógica. Hay una preferencia personal, una intuición,
hay una opción que, sin saber porqué, nos resulta más atractiva que el resto.
Muchas personas lo llaman "una corazonada" porque sale de lo más
profundo de nuestro interior. Mira en tu interior, denro de tí, hacia donde
crees que debes seguir. Qué te pide tu cuerpo, cual crees que es tu camino. A
veces, aunque no tengamos argumentos para tomar una decisión, en realidad
sabemos lo que tenemos que hacer. Hay una fuerza superior que nos empuja a
ello, con seguridad. Sigámosla.
9) Madurar las decisiones
Una vez hayamos tomado una decisión, no es necesario
lanzarse apresuradamente a la ejecución. Ya hemos decidido, ahora descansemos,
pensemos en otra cosa, vayamos haciendo los preparativos, y dejemos pasar el
curso del tiempo. Lo normal es que con el paso del tiempo nos reafirmemos en
nuestra decisión, pero a veces nos daremos cuenta, al ir haciendo los
preparativos, de otros factores que no habíamos tenido en cuenta, por lo que
podríamos reconsiderar nuestra decisión.Una decisión madurada con el tiempo y
afianzada en nuestro entendimiento, será mucho más fuerte y sólida una vez la
pongamos en práctica.
10) Ser coherente con las decisiones tomadas
Tras el proceso de maduración, una vez que hemos puesto en
práctica la decisión tomada, debemos ser firmes en la misma. En el curso de la
vida debemos actuar con seguridad, con solidez, y confiando en nuestras
decisiones. Ya habíamos analizado las consecuencias de nuestra decisión, ahora
nada nos va a coger de sorpresa, así que asumamos todas las consecuencias con
valentía. Esto no significa que, si aparecen imprevistos o nos damos cuenta de
que claramente nos hemos equivocado, no podamos reconsiderar nuestra decisión.
Siempre podremos corregir nuestros erores estratégicos. Pero no es bueno ir
dando bandazos por la vida y cambiando de opinión cada poco tiempo, debemos
tener una postura sólida y robusta, fiel a nuestros ideales, y coherente con
nuestras decisiones. Defiende tus decisiones a capa y espada, y cambialas sólo
cuando sea evidente que te has equivocado.
En resumen: aplicando todas estas técnicas seremos capaces
de acercarnos mucho a la mejor solución ante un problema, y ser capaces de
tomar la decisión con más probabilidades de acertar en la misma. No hay
soluciones mágicas, no podemos garantizar al 100% una solución frente a otra,
pero sí podemos aclarar bastante cual es nuestra opción preferida. Apliquemos
todas las técnicas aquí descritas en el curso de tomar una decisión importante
en nuestra vida, y reduciremos la probabilidad de equivocarnos en nuestra
decisión.